Empezaron las jornadas con la adoración del Santísimo. El silencio era brevemente interrumpido con la llegada de los últimos sacerdotes. Todos aproximadamente de la misma generación. Todos vestidos de sacerdote.
Acompañaba el día hermoso que lucía.
En los puntos de meditación, el predicador fue subrayando algunas de las frases del capítulo sexto de Pastores dabo vobis.
TE RECOMIENDO QUE REAVIVES EL CARISMA DE DIOS QUE ESTA EN TI
Durante una hora, el conferenciante fue presentando la importancia de la relación entre la obediencia y la fe. A la luz de muchos de los acontecimientos vividos en estos últimos años es de vital importancia precisar los límites de la autoridad y los límites de la obediencia. Para esto se sirvió de las palabras del Aquinate en la Suma Teológica II-II q.104 a.4 y 5
POR OTRA PARTE, está el que la obediencia en tanto es laudable en cuanto que procede de la caridad; ya que dice San Gregorio, últ. Moral., que no se debe obedecer por temor servil, sino caridad; no por temor al castigo, sino por amor a la Justicia. Luego la caridad es una virtud superior a la obediencia.
RESPUESTA. Conforme a lo ya expuesto(a.1.4), el obediente se mueve a cumplirlas órdenes de quien le manda por cierta necesidad de justicia, como las cosas naturales son movidas con necesidad natural por la fuerte acción sobre ellas de su motor. Y el que una cosa natural no se mueva por la fuerza de su motor puede acontecer por dos razones: Una, por un impedimento proveniente de la fuerza mayor de otro motor, y así un leño no es quemado por el fuego si la fuerza superior del agua se lo impide. Otra, por cierta falta de subordinación del móvil al motor, porque, aunque aquél depende de la acción de éste en parte, su dependencia no es total. De esta forma, el agua depende de la acción del fuego en cuanto al calentarse, mas no en cuanto a secarse o consumirse. Del mismo modo hay dos razones por lasque puede acontecer que el súbdito no esté obligado a obedecer en todo a su superior. Primero, por un precepto de una autoridad mayor. Así, comentando aquel texto de Rom 13,2: Quienes resisten a la autoridad atraen sobre sí la condenación, dice la Glosa: Si algo te manda el procurador, ¿deberás cumplirlo si va en contra del procónsul? Más aún: si procónsul manda una cosa y el emperador otra, ¿puede haber alguna duda en no hacer caso de aquél y servir a éste? Luego si el emperador manda una cosa y Dios otra, se debe obedecer a éste y no hacer caso de aquél.
Sí, pues, cabe distinguir tres clases de obediencia: una, la obediencia suficiente para la salvación eterna, que obedece en lo que está mandado; otra, la obediencia perfecta, que obedece en todo lo que es lícito; otra, la obediencia indiscreta, la que obedece incluso en las cosas ilícitas.
Al terminar, compartimos una excelente comida del lugar regado con un buen vino. Como se debe.
Una jornada de fraternidad sacerdotal que terminaba entre risas y chascarrillos. Pronto nos volveremos a ver, con el mismo horario, en otra comunidad que nos acoja. ¡Laus Deo!
Próximas Jornadas: 24 de Noviembre y 8 de Enero.
